
Esto es mi foto por el curso de español. De verdad no me acuerdo de mi edad. Quizás tenía nueve o diez años cuando mi tía sacó esta fotografía. El hombre que estaba jugando con migo con la cometa era mi padre. Todavía no tenía mucho pelo blanco… Y detrás, se puede ver a una parte de mi pequeño hermano, Nicolás. Estábamos de vacaciones en Bretaña, más precisamente en la ciudad de Saint-Malo, famosa por su muralla y la regata “La Route du Rhum”. En esa época, mi familia y yo no vivíamos en Bretaña como hoy en día pero en Vendée, una región un poquito más al sur, pero siempre cerca de la costa. Mis tíos venían cada ano en Saint-Malo en un apartamiento para aprovechar la costa (¡y no el mar porque quince grados no eran suficientes, tenía que ser valiente para bañarse!) y nuestra familia disfrutaba de esas ocasiónes para reunirse en un lugar tan bonito.
Cada vez en esas reuniones, me gustaba jugar con mi primo, Antoine que tenía la misma edad pero que era mucho más activo. Un día, cuando estábamos caminando en los peñascos, el me empujó y me caí en el mar. Evidentemente fue muy divertido para él y empezó a reír… ¡La única respuesta que le do fue una terrible bofetada! Aunque tuve una reacción impulsiva, era una niña muy tímida que le gustaba leer, dibujar y era también muy paciente con los puzzle que mi mamá me ofrecía.
Cuando tenía 10 años, empecé montar a caballo en un club. Tenía cursos cada miércoles por la tarde con caballos demasiados grandes por yo. ¡Pero no me importaba! Esa época no fue fácil por mis padres que tenían que soportar una fanática. Pero, creo que es culpa suyos porque ellos me pusieron sobre un caballo cuando tenía 4 años y fue a partir de ese momento que la historia empezó.
Gracias, Cassandra. Te corrijo en mayúsculas:
ResponderEliminarEstA es mi foto PARA el curso de español. De verdad no me acuerdo de mi edad. Quizás tenía nueve o diez años cuando mi tía sacó esta fotografía. El hombre que estaba jugando conmigo con la cometa era mi padre. Todavía no tenía mucho pelo blanco… Y detrás, se puede ver a una parte de mi pequeño hermano, Nicolás. Estábamos de vacaciones en Bretaña, más precisamente en la ciudad de Saint-Malo, famosa por su muralla y la regata “La Route du Rhum”. En esa época, mi familia y yo no vivíamos en Bretaña como hoy en día SINO en Vendée, una región un poquito más al sur, pero siempre cerca de la costa. Mis tíos venían cada ano A Saint-Malo en un apartamento para aprovechar la costa (¡y no el mar porque quince grados no eran suficientes, tenía que ser valiente para bañarse!) y nuestra familia disfrutaba de esas ocasines para reunirse en un lugar tan bonito.
SIEMPRE en esas reuniones, me gustaba jugar con mi primo, Antoine que tenía la misma edad pero que era mucho más activo. Un día, cuando estábamos caminando en los peñascos, el me empujó y me caí en el mar. Evidentemente fue muy divertido para él y empezó a reír… ¡La única respuesta que le dI fue una terrible bofetada! Aunque tuve una reacción impulsiva, era una niña muy tímida A LA que le gustaba leer, dibujar y era también muy paciente con los puzzle que mi mamá me ofrecía.
Cuando tenía 10 años, empecé A montar a caballo en un club. Tenía cursos cada miércoles por la tarde con caballos demasiados grandes PARA MÍ. ¡Pero no me importaba! Esa época no fue fácil PARA mis padres que tenían que soportar A una fanática. Pero, creo que es culpa SUYA porque ellos me pusieron sobre un caballo cuando tenía 4 años y fue a partir de ese momento que la historia empezó.